jueves, 16 de julio de 2009

Esperar...


¿Esperar qué; qué esperar?
¿A que baje la marea, cuando lejos estoy de la mar;
a que neve entre las cimas del norte americano,
cuando me duermo en la Tierra del Fuego?
¿Para verte descansada sobre la verde hierba tropical,
mientras camino por el desierto africano
con las ansias de tomar el agua de tu aridez?
Volver a esperar; ¿esperar volver a qué?
A desnudar el verde de tus ojos cansados
con la energía de una juventud señorial,
porque sudé todos mis años, en un desierto lejano a casa.
A recoger de la tierra mis genes perdidos
por la pasión lujuriosa del pecado danzante;
para no perder mi condición de hombre más que humano.

¿Esperar qué?; ¿qué esperar?
¿A que me recuerdes con tus partos dolidos,
al príncipe que vino a desposarte sin pena ni gloria,
con sus tierras perdidas por pobreza
y con las manos manchadas de orgullo, buscando alguna fama alcanzar?
¿A reencontrarte en el cielo eterno de los piadosos,
mientras en el infierno eterno me siento a esperar?

Lo que no puedo decir con palabras...