viernes, 30 de octubre de 2009

Ambivalencias

Hay sombras porque existe la luz;
por tal, al día sigue la noche
y alguien duerme mientras otro despierta.
Tengo marcados los extremos en mi existencia,
tan claros como desde mi mano izquierda
hasta el anular de mi diestra.
Un día me someto al juicio
pero otro día escapo por en medio del arcoiris.
Abrazo sanos hábitos y doctrinas,
pero escapo del abrazo de la santidad obligada.
Río abiertamente por lo que ayer lloré,
y me someto en la quietud del pensamiento
a la madurez que dan los años de Dios.
Ciertamente fui tan joven
como ahora soy adulto,
y cambié mis ansiedades y energías puras
por el letargo del descanso que se alimenta
viendo de noche las estrellas.
"La falta de ánimo seca los huesos",
escribió el poeta divino
pero no tomó en cuenta la suma de los días.
Un día estuve tan cerca de la vida,
como hoy lo estoy de la muerte
la cual cada minuto camina más lento
invitandome a tomar su mano.
Y toma el camino de las sombras,
y yo le sigo más lento en la luz...

jueves, 16 de julio de 2009

Esperar...


¿Esperar qué; qué esperar?
¿A que baje la marea, cuando lejos estoy de la mar;
a que neve entre las cimas del norte americano,
cuando me duermo en la Tierra del Fuego?
¿Para verte descansada sobre la verde hierba tropical,
mientras camino por el desierto africano
con las ansias de tomar el agua de tu aridez?
Volver a esperar; ¿esperar volver a qué?
A desnudar el verde de tus ojos cansados
con la energía de una juventud señorial,
porque sudé todos mis años, en un desierto lejano a casa.
A recoger de la tierra mis genes perdidos
por la pasión lujuriosa del pecado danzante;
para no perder mi condición de hombre más que humano.

¿Esperar qué?; ¿qué esperar?
¿A que me recuerdes con tus partos dolidos,
al príncipe que vino a desposarte sin pena ni gloria,
con sus tierras perdidas por pobreza
y con las manos manchadas de orgullo, buscando alguna fama alcanzar?
¿A reencontrarte en el cielo eterno de los piadosos,
mientras en el infierno eterno me siento a esperar?

Lo que no puedo decir con palabras...

martes, 17 de marzo de 2009

Frutales del verano


Anaranjados del verano con verdes de zacate;
frutales jugosos de una edad gloriosa.
La cosecha ha fructificado
y los colores rojos hacen fiesta
con las dulces pulpas de la sabiduría.
Mi Dios ha hecho bien al campo
y la cizaña fue quemada y removida.
La bandeja rebosa de azúcares,
de mieles y sabores atrayentes
para la abejas de otros colmenares.
¡Hay futa fresca a miles para regalar!
El arado se ha puesto a descansar
y lo sucio de la tierra fue lavado
para volver a empezar pulido en el próximo invierno.
Y después de 45 inviernos con lodazales negros
las frutas de los frutales han venido
a refrescar la aridez de los soles pasajeros.
Rodajas frescas de piña, de mango
en el plato de la vida.
El creador ha hecho y descansa conmigo
junto a aguas de reposo,
en esta fiesta de arcoiris y sabores
servidos sobre el césped sano y claro
del tiempo de la cosecha tan esperada.