martes, 16 de abril de 2013

Alma Humana

I
Camina mi alma sobre angosto trillo
no por mito, sino porque así lo he decidido;
y se alimenta de palabras sabias y dulces
necesarias como el pan y el agua,
tan necesarios en este mundano suelo.
Y los pasos se vuelven firmes y fuertes
en la noche y en el día, en el pantano
o en la sequía, en la vida y en la muerte...
la muerte de mis viejos días.
Se jubila y crece la familia bella
que exhalta en conjunto los coros de
fortaleza, como brazos pujantes
de Padre amoroso y correcto.

II
Más cual Caín envidioso y malo,
lo humano se revela contra los bello
del alma protegida, golpeando con hueso
tosco y pasional al Abel de mi alma humilde.
Todo en segundos se convierte en burla
demoniaca, que se goza con la caída
de los efímero y fuerte del alma.
Tres gigantescas caídas acompañan a
cualquier humano en la existencia,
al peso de una cruz a cuestas y hasta
el calvario sublime de la dulce muerte.
Entre hombres me veré señalado en medio,
de uno sabio y otro necio, para mostrarles
el camino eterno que nos llevará
directo, hacia el Cielo.