Llora siempre, mundo llora por la fe de los penitentes.
Por los que partieron desde la celda de la calumnia y hasta el trono del Satán vivo llamado Rey Cordero.
Llora siempre, mundo llora por los verdaderos creyentes,
del Dios de Amor y Paz, del Dios bueno una vez bajado del cielo, que siendo inmolado, fue le primero.
Mataron el cuerpo pero no nuestro buen deseo
de no negar al Cristo Amado y Dios verdadero.
El Rey Carmesí que vino a quemar la fe del inocente, del bueno, creyéndose más fuerte y santo que el trueno
y que sigue escondido tras las columnas del marmol
donde está su reino.
Llora siempre, mundo llora al recuerdo
de jovenes niñas tituladas amigas del gato negro
llevadas desnudas al matadero, donde los esbirros
corruptos tocaban sus senos antes de morir
tribuladas al fuego.
Ríe mundo ríe, porque todos éstos son ahora
ángeles en vuelo, que glorifican al Padre allá en lo alto,
allá en el cielo: por su callo sacrificio
en un mundo cruel y verdadero.
Llora pueblo santo, llora;
ora incansable hoy al recuerdo
para que la religión pronto sea un monstruo muerto
antes de la venida del verdadero Cordero.
Medita mundo un momento que a mis lineas quiero
dejar inherentes todo mi sentimiento.
México, 1492.