jueves, 3 de abril de 2014

La Zurda mano del Arte

La derecha te enaltece cual belleza natural, en silencio el pudor crece, detalle particular. Observa el artista su trazo seguro, con mente abierta vislumbrando su futuro; mas sus genes humanos, callados villanos, su izquierda delata la envidia del don.
Dibuja sus muslos y su sangre tibia que enrojece el poro, traza con ahínco las líneas paralelas en coro, con habilidad, mas su siniestra acaricia un pensamiento que atiza el calor rojizo de la sensualidad.
Ella cree en el genio y en su propia vanidad; quiere ser eterna, juvenil y bella hasta la eternidad. Le bastan sus miradas ilustres y tenaces, para curiosear su obra y susurrar las paces del costo a pagar.
Él piensa en Picasso, a veces en Van Gogh; su corazón late fuerte y valiente y al deseo aplacó. Mas otras cien figuras desatan su mente, su sed inconsciente de soledad y amor.
Una tersa silueta, aún todavía quieta, un pintor que raya el blanco de su paleta; ella con silencio de ilusiones, él con su mano izquierda... apretando sus infantiles pasiones.
 
(Pintura: "El Zurdo o la Mujer Ilusionada", 2014)