miércoles, 22 de octubre de 2008

Invisible


Desde ayer noté que no existo.
Me ven transparente porque el ciclo
de la invisibilidad comenzó,
y ahora sé que es azul.
No existo porque no estoy,
por eso es que no me pueden tocar.
Quise afecto de palpar
el roce de las manos de mis retoños;
pero para ellos ya no estoy
y no hay diferencia entre
la distancia y mi lugar tibio:
y sólo es por que no me ven.
Me han localizado entre las paredes
por el latido de mi corazón
y el sonar de las monedas
en mis bolsillos de cada mes.
No se inmutan de mi invisibilidad azul,
mas que cuando están solos y con
sonar de tripas hambrientas.
Ella me buscó a tientas
en la noche oscura,
para copular sus necesidades de amor.
Y su cuerpo de embarrialó
de este azul tonto de años.
Su amor desaparece con mi
luz transparente de gemidos toscos.
Y todo apenas empieza
con el caminar de los 40 caminos
de la apacible sabiduría;
de los extrañables años mozos
cuando era de colores de arcoiris...
el cual muere invisible también.
Desde ayer noté que no existo.

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